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¿Qué es lo que más afecta tus decisiones? ¿Estás en control? Sino tú, ¿quíen?

Hace más de veinticinco años pensé que estaba enfrentando la decisión más crucial de mi vida cuando decidí estudiar y seguir una carrera profesional en el sector privado y dejar mi ciudad natal, Gijón, en el norte de España. En ese entonces, sentía que cualquier decisión no podría revertirse. Sin embargo, a pesar de las de noches en vela, la vida me enseñó que nada en tu camino está escrito en piedra y que es posible no solo cambiar de dirección sino también estar en el asiento del piloto. ¿Has pensado que algunas decisiones parecen más fáciles a pesar de que sus resultados sean más inciertos? Mi decisión de dejar el sector privado no fue fácil, pero estaba convencida de que necesitaba un cambio y un propósito en la vida. Cuando me di cuenta, descubrí que las decisiones fluían sin esfuerzo, los caminos se abrían frente a mí y surgían coincidencias.

Volví a la universidad para estudiar salud pública y desarrollo internacional mientras trabajaba para organizaciones internacionales en lugares que nunca pensé que pisaría: Angola, Mauritania, Guatemala, México, Sri Lanka, Fiyi. Trabajar para mejorar la salud de las personas en países de bajos ingresos se convirtió en una pasión de vida y me dio el propósito que estaba buscando.

A medida que la vida avanzaba, me di cuenta de que un propósito de vida se puede alcanzar a través de formas inesperadas moldeadas por las circunstancias. Por ejemplo, en Guatemala, me adentré en la narración de historias y la escritura para niños/as y adolescentes. Desde el principio, mi escritura creativa se centró en compartir mensajes reflexivos con los/las jóvenes lectores inspirándome en las personas y lugares que enriquecían mis interacciones diarias. La narración de historias también contribuía a mi propósito. 

Más tarde cuando me mudé a Sri Lanka, el tiempo entre mis trabajos de consultoría en me ayudó a percibir cómo las personas a mi alrededor (amigos, familia y compañeros de trabajo) reconocían mi habilidad innata para ofrecer empatía, escucha activa y retroalimentación significativa. En 2022, me embarqué aún más en este camino y más adelante me certifiqué como coach personal y profesional impulsada por el propósito de vida que parece haberme acompañado durante más tiempo: dejar un grano de arena… en algún lugar, de alguna manera.